Casi un centenar de pequeños Fiat Panda, inician este fin de semana una loca aventura que recorrerá Marruecos de Norte a Sur, en seis etapas de aproximadamente 250km diarios, donde se enfrentarán a diversas pruebas de navegación y orientación 4×4, con la única ayuda de su GPS, mapas y cartografía digital del país vecino y grandes dosis de ilusión, trabajo en equipo, esfuerzo, lágrimas a veces y risas otra muchas.

Los aventureros compiten en equipos de dos participantes que vienen desde Italia, Francia, Reino Unido, Portugal, Holanda y España, y día a día deben localizar y marcar los puntos secretos diseñados por la Organización de la prueba, que poco a poco, conforme avanzan hacia el Sur, se vuelven más difíciles de localizar y entrañan el riesgo de atravesar zonas absolutamente desérticas, con largas pistas de arena, zonas de pequeñas dunas y muchas trampas de donde solo se puede salir con un buen ejercicio de pala, eslinga y la ayuda de otros competidores.

Aun dentro de la competición por ser el más regular y quien llegue en la menor distancia posible a todos los puntos de paso obligatorio, siempre se hace imprescindible contar con la ayuda de los demás competidores y por ende, ofrecer la tuya cuando otros la necesitan.

Esta es una aventura solidaria, donde lo más importante es formar parte de la gran familia Desert Panda, vivir una larga jornada sobre esos pequeños vehículos, sin apenas amortiguación y con una velocidad limitada a 80km/h, siendo capaces de reparar in situ cualquier tipo de avería o solventar un contratiempo, porque durante la celebración de la etapa, no existe asistencia mecánica ni acompañamiento y cada uno debe salir de cualquier problema por sus propios medios o con la ayuda de otros competidores.

El raid comienza con una bonita etapa de media montaña que acerca a los participantes a la población de Ifrane, la pequeña suiza marroquí, que con sus 1.800 metros de altitud, mantiene sus bosques de enormes cedros nevados durante todo el invierno.

Desde allí, travesía con innumerables pistas de montaña para atravesar el Medio Atlas hasta la falda del Cirque du Jaffar, con la ciudad de Midelt (capital del cultivo de manzanas), abriendo paso ya al Valle del río Ziz, que con sus más de 100km de palmeras ricas en dulces dátiles, les llevará directamente al desierto del Tafilalet.

Allí, las majestuosas dunas de dorada y fina arena del Erg Chebbi, un inmenso mar de más de 30km de dunas y pequeños oasis, será escenario de dos complicadas pruebas de captura de puntos ocultos (Geocaching), donde las trampas de arena, ríos secos de fesh fesh o zonas de rocas volcánicas, pondrán en verdaderos apuros a todos los participantes.

Y ya para iniciar el retorno hacia el Norte, la etapa maratón del raid, con más de 400 km de pistas desérticas para llegar bien entrada la noche al fantástico bivouac especialmente montado para los participantes, donde una haimas bereber, un rico cous cous de legumbres y un plato de harira caliente, serán el cobijo de todo el grupo antes de llegar por fin a la tranquila playa de Saidia.

La pequeña población pesquera de Cap de L’eau, con su playa de mas de 5km arena blanca, será el escenario final y última prueba a superar, esquivando las olas del mediterráneo entre los pequeños acantilados y los estrechos pasos que deja la marea baja hasta la desembocadura del río Moulouya.

En el Desert Trophy Panda, participan un pintoresco y variopinto número de personas, desde grandes empresarios, a estudiantes o grupos de amigos que han pasado el año preparando el Panda en el sótano de casa y a todos les une el mismo sueño, superar su reto personal. Cada uno tiene una ilusión, un motivo para vivir esta aventura, una historia particular y todas son igual de emocionantes. Da igual quién seas, aquí todos ponen los pies en el suelo y el desierto les pone a cada uno en su sitio.

Y al volver a casa, cuando echas la vista atrás, solo te queda una cosa, volverte loco preparando la siguiente edición o vender el Panda nada más llegar a casa. El desierto es así, o lo amas, o lo odias, pero jamás te deja indiferente y siempre te dejará marcado y habrá removido lo más íntimo de ti.