Con una temperatura ya más llevadera, el raid ha partido hoy de Midelt en dirección a Errachidia: un enlace por carretera de 160 kilómetros, que ha concluido a los pies de un oasis donde se ha procedido primero al obligado ritual del briefing y seguidamente, a dar la salida de la especial –seguimiento de track-, justo cuando las agujas del reloj marcaban las 11,30.

La especial –180 km.- ha arrancado con la clásica pista rápida y pedregosa de Marruecos, pero no iban a tardar en aparecer los primeros ríos de arena, que han puesto en serios aprietos a muchos de los participantes, muy en particular, a quienes compiten dentro de la categoría de dos ruedas motrices, aquí, en franca desventaja con respecto a los que pilotan modelos 4×4. Un poco más adelante, José García Yeregui ha solucionado con manifiesta habilidad un serio problema de la correa de distribución, y entretenimiento también para la familia Dombriz, padre e hijo, que no tarda en averiguar lo «malamente» que funciona un Panda con gasoil. En la gasolinera se han equivocado de combustible, pero enseguida tienen a su alrededor a no menos de siete equipos rivales ayudando a resolver el desaguisado -¡auténtico espíritu DTP!-.

El polvo y la abundancia de piedras continúan durante kilómetros sometiendo a los coches a despiadada tortura hasta el mismísimo final de la etapa y por el camino surgen contratiempos mecánicos de toda índole, que se añaden a los padecidos en anteriores jornadas y que van desde roturas de latiguillos de freno hasta cárteres hundidos, embragues desfallecientes, alternadores caprichosos, y ruedas, unas cuantas ruedas, reventadas. El Panda de otro equipo familiar, el Granollers II, que integran Marc y Pere Tuset, también, padre e hijo, y ambos, consumados mecánicos, se detiene con la bomba de gasolina fuera de uso –la suya propia, que iba perfecta, la habían cedido previamente a otra escuadra catalana-. No hay otro remedio que remolcarles con un coche de la organización, que lo hará, toda una hazaña, durante 130 kilómetros y tras sufrir no pocas penurias hasta el momento de abandonar la pista.

El sol de frente primero y la total oscuridad después han añadido un toque extra dificultad a los últimos compases de la especial, a la que se suma la propina de más de 60 kilómetros de enlace hasta alcanzar el destino final en Dades. Y hoy dos son los equipos que se estrenan pisando el escalón más alto del podio, el Rocamora Brothers, integrado por María Dolors y Josep María Rocamora, quienes se imponen en 4×4 –está claro que en el Desert Trophy Panda lo de las familias da juego-, y el Makalan Team –Paco Navas y Marcos López- que, después de una jornada en la que por fin consiguen dejar atrás los problemas de carburación de su Panda, dominan la clase de dos ruedas motrices.